Txatxo Sabater, arquitecto: "Estamos condenados a compartir, ¿por qué no lo hacemos con la habitación?"
Entrevista con el doctor y profesor de la Universitat Politècnica de Catalunya
6 min. PALMA 05/04/2019 22:02
Entrevista por Kike Oñate
(traducción: Alejandro Pérez-Duarte Ferández)
Fuente original:
https://www.arabalears.cat/societat/Txatxo-Sabater-arquitecte-concepte-habitatge_0_2210179167.html
El arquitecto Txatxo Sabater Andreu
Txatxo Sabater es doctor arquitecto y profesor titular por la Universitat Politècnica de Catalunya y desde 1976 se ha dedicado en exclusiva a la docencia y a la investigación. Además, anualmente imparte cursos de postgraduación en la Universidad de Salamanca y en la Escuela Superior de Ingeniería y Diseño Elisava. Profesor invitado en las Escuelas de Arquitectura de Montpellier, Belo Horizonte, Sevilla, Glasgow, Zagreb y Oporto. Sus estudios se han centrado en la relación a establecer entre los comportamientos y la vivienda, y ha focalizado su atención en la cuestión de las personas de la tercera edad. Apuesta claramente por un modelo en que el compartir fundamente la base de la convivencia en las ciudades, como una respuesta a las dificultades que el mercado inmobiliario impone a los residentes que quieren acceder a un alquiler. Este viernes ha participado en el Colegio Oficial de Arquitectos de las Islas Baleares con el motivo de la conferencia 'Vivienda y espacio público'.
¿Cuál es el modelo de eficiencia en el diseño de interiores de una vivienda en la cual haya trabajado?
La socioeficiencia quiere decir que la casa sea eficiente para las personas que vivan en ella. Sirva un ejemplo: la vivienda compartida ya se practica sobre el parque inmobiliario que hay en las ciudades, asociada especialmente con el colectivo de estudiantes. Generalmente, presentan una estructura dominada por la ideología de la cristiano-demócrata, con un interior muy jerarquizado, y un registro absolutamente puritano que controla la entrada y la salida. Si una casa sigue este patrón jerárquico, es que acepta que el padre es una autoridad, pero hoy en día esto no es ya de ninguna manera vigente. Todos viven en estructuras arquitectónicas que no corresponden con la experiencia social actual. Por eso considero que hemos de hacernos planteamientos más adecuados y relacionados con la sociedad en la que vivimos.
¿Qué propones para cambiarlo?
No pueden hacerse apartamentos cada vez más pequeños con la intención de dar alojamiento más barato, y mucho menos los apartamentos mínimos que se están promoviendo. Recientemente, el economista Santiago Niño Becerra decía que no había otra forma de superar la fase posterior a la explosión de la burbuja inmobiliaria que, compartiendo las viviendas, y me complace oír eso, porque es lo que he estado defendiendo desde hace tiempo. Esto forma parte de la idea que el mercado habitacional era una cosa homogénea, siempre con las mismas estructures, pero que, ahora, vemos que en el resto de Europa existen otras maneras de entender la vida dentro de la habitación. Respetando la individualidad, se ofrecen plantas [de habitación] no jerarquizadas, es decir, neutralizadas.
Esto recuerda el planteamiento de los anarquistas.
Es cierto, hay mucho peso de la tradición libertaria en las ideas en las cuales trabajo.
¿Y qué es la cohabitación?
Compartir la habitación en la parte no estrictamente individual, como puede ser el dormitorio, pero si los espacios prácticos como sean la cocina, el baño y el comedor. Es más, que cada usuario tenga su propia puerta de entrada y que en el apartamento puedan darse dos vidas independientes, solamente conectadas por estos servicios. Cohabitación es vivir juntos sin compartir un proyecto de vida, y en Inglaterra hace tiempo que se hace, lo llaman “room mate”, aunque lo hacen con una sola puerta de entrada.
La demografía de las islas Baleares será la que más crezca entre todas las comunidades autónomas de aquí a el año 2030, con un 18,6%. La esperanza de vida llegará a los 84,9 años.
Usted habla de la gerohabitación, o sea, de la gestión de entornos habitables desde criterios de envejecimiento activo, género y habitabilidad urbana. ¿En qué consiste?
Abraza todas las formas residenciales que se han dado para la gente mayor. Se ha de tener en cuenta que cuando somos viejos, no todos somos iguales, y no es por una cuestión de diferencias personales, se debe a las edades biológicas que cada uno manifiesta de diversas maneras. Hay un tránsito más o menos suave o accidentado entre la vida autónoma y la vida asistida. La gerohabitación permite pensar en cómo encontrar un empalme entre momentos vitales sin que la persona haya de moverse de lugar, ya que la mudanza es negativa para este colectivo.
A efectos prácticos, ¿qué puede ofrecer este concepto?
Un proyecto de final de carrera de una alumna a la que orienté (Joana Verd) proponía mezclar estudiantes con gente de la tercera edad en el barrio de la Gerreria, en Palma (Islas baleares). Para extender el uso a todo el año, instaba a que los estudiantes, una vez que acababan el curso, cediesen su lugar a la gente mayor del barrio que aún viven con familias, pero que desean salir de viaje en el verano. ( se dice que las familias suelen olvidar al abuelo en la gasolinera). Con esta fórmula, éste se socializaba con otros ancianos, y cuando se requería una vida asistida, tendría amistades en este lugar, más adecuado, mejor adaptado. Los apartamentos con servicios y de alquiler que responden a ésta idea, en general, son para gente muy rica. Lo que hemos de empezar a mirar es como resolver esto, obviando la tendencia generalista de hacer residencias intrageneracionales.
Esto recuerda al “cohousing”, ¿de qué se trata exactamente?
Después de mayo del 68, los jóvenes daneses, que iniciaban una relación en pareja se agrupaban espontáneamente en cooperativas, y participaba con el arquitecto del proyecto, con la finalidad de hacer un pequeño asentamiento a las afueras de la ciudad. Esto incluía una casa en común, financiada por todos, con servicios para la comunidad, de manera auto-gestionada.
El Grupo de Arquitectos y Técnicos Catalanes para el Progreso de la Arquitectura Contemporánea (GATCPAC) fue el artífice de la casa Bloc, un edificio en forma de “S” que aprovechaba el sol, el espacio e incluía una biblioteca, cooperativa de consumo, guardería, club obrero y una piscina. Al momento de hablar de habitación social, los partidos progresistas no proponen proyectes similares.
Este proyecto quería ofrecer un nuevo modelo de vida socialista. El concepto de habitación social ha cambiado mucho con el tiempo, Hoy ya nadie sabe qué es. En un principio significaba dar un espacio digno para la clase trabajadora. En la Alemania de entreguerras se fomentaron las barriadas obreras, bien asimiladas como un modelo de vivienda, pero también conviene recordar que tuvieron una función pacificadora, propia de la socialdemocracia.
¿Cómo se entiende actualmente?
La situación hoy es muy distinta, el mercado se ha ido puñetas al garete, y desgraciadamente los promotores quieren volver ponerlo en marcha de la misma manera, aunque no funcionará. La gente no necesita más apartamentos porque ya están construidos, lo que se necesita es compartir el espacio, y si lo hacen, pueden vivir con precios más bajos y con una sociabilidad más fuerte.
¿Cuál es tu valoración de esta situación?
Hay una epidemia endémica respecto a la habitación, y es que está en manos de la ideología de la propiedad privada. Se hacen viviendas para familias estándar, pero no tiene por qué ser así. Cuando se construyen, se repite el mismo modelo las veces que haga falta, ignorando alternativas más flexibles. Compartimos las bicicletas, los coches, los gimnasios, los refugios de montaña, la información, incluso el conocimiento. Estamos condenados a compartir, ¿por qué no lo hacemos con la habitación? Cuando ha habido una mala práctica urbana, en con precios que no paran de crecer y apartamentos que no se venden, la opción de compartir permite que la gente pueda acceder a tener un techo digno. Esto será una necesidad vital en diez años, en especial para la gente que tenga una economía sin excedentes.